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viernes, 15 de julio de 2011

POLO DEMOCRATICO ALTERNATIVO


Un conversatorio sobre su presente y su futuro

Hay lecciones que  aprender en los ejercicios del diálogo y la discusión política: construir partidos políticos no es un asunto de todos los días, a veces ni de meses ni de años; la construcción de un partido siempre tiene, pues, toda una serie de componentes históricos, sociales, culturales, políticos; y no necesariamente, como hemos visto en la realidad colombiana, el hecho que se reúna un grupo de personas y se autoproclamen miembros de un partido, ya con eso se considera suficiente para que exista como tal un partido político (contamos ahora en Colombia con los vivos ejemplos del partido de la U, el PIN o el partido verde). Por eso quienes hemos estado cerca, involucrados o directamente participantes en procesos cercanos al proceso del partido político Polo Democrático Alternativo, hemos considerado significativo saber cuál es el momento o serie de momentos explícitos decisivos de voluntad política colectiva de constitución del partido político, más allá de los papeles evidenciados en el Ideario de Unidad y sus Estatutos.  La discusión tiene que seguirse dando en ese marco y en ese contexto de identificar y definir elementos que puedan contribuir a este plano de construcción de partido político.

No se debiera únicamente considerar que el Polo sea una agrupación sólo de izquierda; la sociedad colombiana está poblada de amplios sectores sociales que no son de izquierda pero que tampoco quieren ser liberales, ni conservadores, ni de la U, ni del partido verde, etc. Y habría entonces el deber desde la izquierda de apelar a esos sectores, llamarlos y en unidad de acciones comunes,  incorporarlos con propuestas  sensibles a la vida cotidiana de todos nosotros. En ese contexto social amplio, la propuesta Democrática, entendido lo democrático en su pleno sentido, de lo que son procesos democráticos (libertarios, igualitarios, racionales), podría ser una estrategia rica, interesante y productiva. Primero, porque la sociedad colombiana no es una sociedad plenamente democrática; y podría expresarse con las palabras  de Jaime  Pardo Leal, que plantear la conquista de la democracia en una sociedad como la colombiana es ya un paso fundamental y revolucionario. Asumir los desafíos de la vida democrática de la sociedad colombiana;  construir una ciudad democrática y  un país democrático, es un reto enorme  que ameritaría también hacerlo desde la construcción de partidos políticos democráticos. Porque las inmensas mayorías en el país constatan que la sociedad colombiana no tiene partidos políticos; y hay un clamor general: “la cultura política colombiana necesita de partidos políticos democráticos”…Y ese es un reto que está ahí planteado para todos nosotros.

El proceso actual de construir democracia  – dentro del Polo y para esta ciudad y este país – debiera acoger algunos saldos sociales, pedagógicos y culturales de estas últimas etapas, de estos dos últimos periodos de trabajo político y administración pública de Bogotá. Ha quedado sugerida la importancia y la necesidad de evaluar las políticas sociales desde el Ideario de Unidad y los Estatutos del Polo, porque si bien es cierto que hay que ser críticos de las políticas sociales de estas dos últimas administraciones, quizá caracterizando e identificando su debilidad “asistencialista”, hay también modos más amplios de mirar las políticas sociales; de alguna manera un partido político democrático o radicalmente democrático, desde la perspectiva de las políticas sociales puede encontrar un lenguaje común con muchos otros sectores de la sociedad y constituirse como partido político a partir de este diálogo y este lenguaje. En este sentido también la idea de  los Derechos es muy fecunda; se está conmemorando lo que algunos llaman  “la adolescencia” de la Constitución Política de 1991, desde la perspectiva de cuál es el impacto que en la sociedad colombiana ha ejercido la Acción de Tutela; y el registro general que se hace es este: hay una especie de empoderamiento social en el  ciudadano de lo que significan los Derechos. En esa medida es válido  continuar planteando  que leer esta ciudad desde los Derechos es una iniciativa fértil para las acciones políticas y la formación cívica de los ciudadanos, en la medida en que ya no basta con denunciar o lamentar las necesidades sociales que no han sido satisfechas (Necesidades Básicas Insatisfechas, NBI), sino que desde los Derechos es posible hacer exigibles  todas esas necesidades por parte de ciudadanos y habitantes organizados, formuladas como propuestas y manifiestas en los planes del desarrollo social.Herman Martínez Ch.