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Panorámica de Bogotá, Distrito Capital de la República |
CIUDADANIAS EN BOGOTA, DISTRITO CAPITAL DE LA REPUBLICA
Se ha reiterado desde diversos medios sociales académicos y políticos que el asunto de la ciudadanía en el mundo, desde Grecia hasta los países de hoy, está construído sobre un enigma social que no está suficientemente expuesto como para motivar a resolverlo. Tal situación explicaría las confusiones, ambiguedades, fragilidades y hasta el abuso del estilo demagógico a la hora de "practicar" y "leer" a ciudades como Bogotá a través de los movimientos sociales, las políticas públicas y los diversos programas políticos y sociales a la luz del fenómeno de la Ciudadanía. La mayoría de los programas de los candidatos a la Alcaldía Mayor son claramente gaseosos y etéreos al momento de abordar el asunto en concreto de la ciudadanía y en particular la novedad de los procesos de formación de las nuevas ciudadanías al interior de la aglomeración social que constituye a ciudades como Bogotá.
Los procesos de formación de ciudadanías en Bogotá no logran aún autopercibirse y expresarse con perfiles definitorios en el movimiento social de la ciudad; y desde las burocracias estatales y sus dispositivos institucionalizantes los detentadores y beneficiarios de estas instancias sociales asumen aún el tema y la problemática de la ciudadanía desde sus contornos más inasibles y del modo más formalista o demagógico de ocasión. La restructuración administrativa de la ciudad (Acuerdo 257/06) realizada hace ya casi una década, si bien se apoyó en procesos políticos y administrativos anteriores que había visibilizado en la agenda pública la problemática de la ciudadanía y la cultura ciudadana (ciudadanos en formación), vinculada con la temática de la democracia y la participación democrática ciudadana, así como con la demanda perpetua de la ciudad por la configuración de una ética política mínima que regule el obrar enaltecedor de las visiones plurales sobre la ciudad; no ha logrado sino avanzar en cierto grado de "institucionalización inestable" y frágil de algunas formas democráticas de vida social de los habitantes; procesos inestables y frágiles evaluables a partir de la conformación desde aquella reforma, por ejemplo, del instituto de la participación y de la acción comunal (Idpac), los incipientes espacios cívicos de participación y demás formas instauradas con su desarrollo normativo (Dec.448/07, entre otros), que vinculado a propuestas de participación democrática ciudadana como presupuestos participativos y los cabildos ciudadanos no logran sobrepasar el formalismo institucional y la práctica de la simulación con la democracia participativa en la ciudad. Son éstas las fuentes con que cuentan experiencias y esfuerzos como los Espacios Cívicos de Participación, las Redes de Control Social a la Gestión Pública Distrital y más recientemente los Observatorios Ciudadanos, donde habitantes de la ciudad desde sus propias localidades se han puesto a prueba, así mismos y a las entidades e instituciones Distritales, en la construcción y ejercicio de ciudadanía, desnudando fragilidades y apenas percibiendo incipientes fortalezas para realizar algunas oportunidades de realización social desde perspectivas de ciudadanías activas.
El aún enigma pues de la ciudadanía para una ciudad como Bogotá, el Distrito Capital de la República, que necesita elevarse sobre sus propios conflictos (los de la familia y la pareja, los de la escuela y el barrio, los de la empresa y las instituciones, los de la ciudad y el campo colombiano), que son el nuevo nombre de la paz requieren asumirse en modos nuevos desde los procesos de ciudadanía y la participación política democrática de sus habitantes. Son procesos por los que pasa la educación para una ciudadanía y la configuración de una ética política de la ciudad que desde su Ideario Etico, evalué desde estas posturas la eficacia o ineficacia de los programas y planes anti-corrupción de la presente administración, que fue el programa bandera con el que accedió al Palacio Liévano.
Quizá algunos de estos rasgos al menos aludan aquel enigma de la ciudadanía ... pero, en realidad ¿qué constituye el tal enigma de la ciudadanía?
Proponemos a los habitantes de la ciudad disponernos a mirarlo más de cerca, con unos ojos más abiertos y una voluntad más decidida y, si se quiere, arriesgada en lo que ello implica como veremos; seguramente es una aventura que valdrá el esfuerzo. Es ésta una de las varias propuestas, que de la mano de los autores Carlos y Pedro Fernández Liria y otros autores que con su obra Educación para la Ciudadanía, sugerimos comenzar a procesar experiencias de construcción de ciudadanías activas como las que actualmente se desenvuelven en Bogotá.
Proponemos a los habitantes de la ciudad disponernos a mirarlo más de cerca, con unos ojos más abiertos y una voluntad más decidida y, si se quiere, arriesgada en lo que ello implica como veremos; seguramente es una aventura que valdrá el esfuerzo. Es ésta una de las varias propuestas, que de la mano de los autores Carlos y Pedro Fernández Liria y otros autores que con su obra Educación para la Ciudadanía, sugerimos comenzar a procesar experiencias de construcción de ciudadanías activas como las que actualmente se desenvuelven en Bogotá.
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